Existe una percepción generalizada de que en Estados Unidos la corrupción es casi inexistente y todo se maneja dentro de los marcos legales. Sin embargo, la realidad es que la corrupción puede adoptar formas más sofisticadas y costosas en comparación con otras regiones. Puede que no sea posible sobornar a un agente de tráfico con 100 dólares, pero sí es factible que se realicen maniobras financieras de millones de dólares desde las mismas entrañas del gobierno.
Solo hay que ver el caso de La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en la cual se esta destapando una gran cantidad de desvíos de miles de millones de dólares.
En conclusión, la corrupción no conoce fronteras y se presenta en diversas formas en todo el mundo. Aunque pueda manifestarse de manera diferente dependiendo del país, el desafío de combatirla sigue siendo común para todas las naciones.